10 pequeños hábitos que pueden cambiar tu vida

La clave de la transformación en la vida está en los hábitos. La calidad de nuestra vida está influenciada por la calidad de nuestros hábitos. Si mejoramos en pequeñas proporciones, en dos meses habremos adquirido el hábito y en un año seremos otras personas.

He intentado ordenar los pequeños hábitos que más me han ayudado en la vida. Acá una lista que puede ser mejorable por supuesto. La idea es que tu definas los que más te sirvan.

  1. Reserva 10 minutos para ordenar el día. Si no los encuentras es que no te das prioridad. Por ejemplo, antes de empezar el día, prioriza, ordena lo que tienes que hacer, y al terminar, no te levantes sin revisar lo que hiciste, y lo que dejarás para el día siguiente.
  2. Domina el foco. Elige conscientemente enfocar tu atención a lo que quieras percibir. Lo que te altera te controla. Vives donde tienes fijada tu atención, no en ningún otro lugar.
  3. Pregúntate antes de dormir: ¿Qué hice bien? ¿Qué hice mal? Y ¿Qué pude haber hecho mejor? Y define un propósito para el día siguiente.
  4. Evita distracciones. Desactiva notificaciones. Un estudio ha demostrado que las personas que se distraen por los mails y mensajes de whatsap pueden sufrir una caída de diez puntos en su coeficiente intelectual. ¿Cuál es el impacto de eso? El mismo que el de pasar una noche sin dormir. Dedica un tiempo a ello y luego concéntrate en lo que haces.
  5. 1 sola tarea a la vez. No hagas multitasking. Hacer varias cosas a la vez es una manera de autoengañarnos pensando que estamos haciendo más. En realidad, nuestra productividad disminuye hasta en un 40%. No, no estamos haciendo varias a cosas a la vez, sino que pasamos rápidamente de una taera a otra, con interrupciones y perdiendo tiempo durante el proceso. Tomado del libro de Harvard Business Review “Céntrate en el trabajo importante”.
  6. Acostúmbrate a prestar atención a lo que dice otra persona y, en la medida de lo posible, procura entrar en su mente. Escucha, halando nunca aprendemos nada. Por lo general, primero hay que aprender muchas cosas antes de poder juzgar la acción de otro con conocimiento.
  7. No digas que sí cuando realmente quieres decir que no. No puedes comprar la paz con “Síes”. Defiende tu tiempo como si tu progreso dependiera de él porque así es.
  8. Nunca termines el día sin recargar baterías, deporte, caminata, lectura, meditación, conversación con amigos. Invierte en una actividad fuera del trabajo que te haga feliz y aumente tu claridad mental.
  9. Dosifica las redes. Ponle un máximo de tiempo al día y cúmplelo. 15 minutos en total (Face, Instagram, Twitter y Linkedin) podría ser ideal.
  10. Escoge bien las preguntas que te hagas cada día. Pregúntate constantemente ¿Qué haces y por qué lo haces?. ¿En qué estas inviertiendo tu vida?, ¿Cuánta vida te está costando tu sueldo?

Para ser exitosos, no hay que hacer cosas extraordinarias, sino que las cosas ordinarias se hagan de manera extraordinaria. Comienza mañana. Escoge tres hábitos que quieras adquirir, y luego de dos meses, otros tres. Eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer. No puedes predecir tu futuro, pero puedes decidir tus hábitos, y ellos definirán tu futuro. “Lo que llamamos destino es lo que nosotros hacemos de nuestra vida.” Augusto Roa Bastos

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La vida sigue

A partir de hoy ya está disponible en todas las librerías mi último libro “La vida sigue: Herramientas mentales para tiempos complejos”, y para los que vivan en otro país y lo quieran impreso en Buscalibre.pe. En Amazon a partir de la próxima semana. Es una invitación a repensar como vivimos y a descubrir juntos pautas comprobadas por referentes mundiales como Victor Kuppers, Nuria Chinchilla, Luis Huete, Rolph Dobelli, Santiago Alvarez de Mon, para aumentar nuestra resiliencia, gestionar la ansiedad y el estrés y controlar mejor nuestros estados de ánimo. Y es que al final, uno vive de lo que transmite.

Una vida feliz no consiste en la ausencia sino en el dominio de las dificultades. El futuro hay que fabricárselo uno mismo y crearlo en cada instante, no pertenece a improvisados. Hay que seguir para adelante, seguir pedaleando, cuesta arriba. Hay que volver al mundo, porque la vida sigue! La esperanza es un buen compaero de camino!

Gracias de corazón a todos los que piensen comprarlo o regalarlo. Gracias @Editorial Planeta por la confianza!

LAS 10 MEJORES FRASES DEL 2022

Me animé a seleccionar y compartir las frases que más me impactaron este año.

  1. Ten cuidado con lo que mides y como mides el éxito en tu vida. Al final de la vida, Dios no te evaluará por cuanto dinero hayas generado sino te dirá “¿A cuánta gente ayudaste a mejorar su vida?” Clayton Christenssen. Profesor Legendario de Harvard
  2. Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento. Victor Frankl
  3. No es cuestión de subir el volúmen, sino de saber que música quiere bailar el otro. Folk Sixty
  4. Las palabras transforman el mundo… pero el silencio nos transforma a nosotros. Escucha tu conciencia, obedécela y haz de ello un estilo de vida. Pablo Dórs
  5. La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas o el mar. Isak Dinesen
  6. A ese problema, le hace falta una conversación. Alvaro Gonzalez Alorda
  7. Nunca te canses de perdonar, nunca te canses de perdir perdón. El rencor es como tomarte el veneno y esperar que el otro muera. La vergüenza dura un momento, el arrepentimiento dura toda la vida. Victor Kuppers
  8. La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, y proclamar en voz alta: Uf! Vaya viajecito! Hunter Thompson
  9. Ganar, perder, no es el objetivo, es la consecuencia. El objetivo es dar mi mejor versión.
  10. Mi vida estuvo llena de desgracias, muchas de las cuales, jamás sucedieron. René Descartes

Anótenlas y comenten cual les impactó más o sumen otras a la lista!

10 ideas valiosas para el segundo semestre

  1. Domina el foco. Vives en el lugar en el que está tu atención. Si no te gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu atención.  
  2. Agenda más tiempo para estar contigo. Soledad y silencio. Las palabras transforman el mundo… pero el silencio nos transforma a nosotros. Piensa cada día qué hiciste bien, qué hiciste mal y que pudiste hacer mejor.
  3. La gente no se acuerda de lo que le dijiste, a veces tampoco se acuerdan de lo que hiciste, pero siempre se acordarán de cómo los hiciste sentir.
  4. Cambia tus hábitos, cambia tu vida. Define solo 1 al mes, el que más impacte en ti. Los primeros 30 días, es la etapa de construcción, es lenta y exige sacrificio. La segunda es mantenimiento y exige perseverancia. Al  año tu avance será enorme.
  5. Nada puede pasarte por más malo que parezca, sin que Dios quiera, y si Dios quiere es porque es lo mejor para ti, así no lo entiendas. No se complace trayéndonos tristezas, muchas veces dilata la gratificación por un bien mejor a futuro, y bastante mayor.
  6. “Hay miles de personas comprando cosas que no necesitan, con dinero que no tienen, para impresionar a gente, a la que no le interesan.” W. Smith.  No vivas sin cuestionarte el para qué haces lo que haces.
  7. Antes de dirigir a otras personas, cada uno debería mirar dentro de sí y reflexionar sobre cómo es capaz de dirigirse a sí mismo. Y puede ser que a uno no le guste lo que ve. Joseph L. Badaracco Jr. (2006)
  8. Liderar desde el ejemplo es quizá la única forma de hacerlo. Los valores no se enseñan, se contagian. Ya lo decía Waldo Emerson: “Sus acciones hablan tan fuerte que no puedo escuchar lo que está diciendo”.
  9. «Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente».
    Rabindranath Tagore
  10. Ante una adversidad, tu fortaleza mental, lo que te dices a ti mismo en medio de un desafío, la conversación sincera que tienes contigo mismo, es un compañero inestimable de camino. «Las catástrofes pasan y hay que procurar no pasar antes que ellas.” Irène Némirovsky

¿Cuál es tu preferida? ¿Te animas a aportar una tuya?

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ: REFLEXIONES DE MIS PRIMEROS 47

Hoy cumplo 47. Todo bien pero… ¿Estoy disfrutando el viaje? Si, pero me falta tiempo para hacer todo lo que me gustaría. La vida, se entiende mejor cuando identificas las pistas que te va dejando en el tiempo. «El precio de cualquier cosa es la cantidad de vida que cambias por ella». H. Thoreau. Y el dinero podemos recuperarlo, pero la vida ya no. El tiempo es carísimo… y además vuela (Tempus Fugit). La gestión de mi tiempo es la gestión de mi vida.

Cuantas veces he pensado que viviré lo mejor de mi vida cuando me jubile o cuando viva más tranquilo, o viva de mis rentas, etc. Muy equivocado! La meta es el camino. La vida es ahora! Carpe Diem! Uno comienza a envejecer desde que nace, por lo tanto, dilatar las cosas importantes para un mañana que a lo peor no llegará, no parece ser muy inteligente.

La calidad de vida que me ilusiona implica un equilibrio entre mis necesidades personales, espirituales, familiares, profesionales y sociales. Y no estoy seguro de dedicarle el espacio que necesitan con urgencia cada una de ellas. Lo importante debe ser urgente. No hay una vida buena sin metas personales a las que les dedique el tiempo que requieren. Tener más equilibrio no significa cambios dramáticos en mi vida sino quizás blindar horas fijas con los que más quiero, aquellos que se han visto afectados por tantos años de adicción al trabajo. El reloj no existe más, en las horas felices.

Santiago Alvarez de Mon, mi coach y profesor del IESE, me comentaba “Dime que haces con tu tiempo y te diré quien eres. Si aquello que quieres hacer no lo terminas haciendo, quizá no sea tan importante para ti.”

¿Y entonces, qué haré a partir de hoy? Acercar la distancia entre lo que estoy llamado a ser y lo que realmente soy. No quiero llegar a la vejez con la amargura de haber vivido la vida que otros querían para mi y no tener el valor de tomar las riendas de la misma.

¿Y qué podrías hacer tú? No esperes llegar al precipicio para cambiar. No esperes la visita de esa maestra inoportuna llamada adversidad. Viajero, si vives más enfocado en el mapa que en el paisaje, cambia de vida. Acostúmbrate a lo diferente. Son las nuevas reglas. Hay mucho en juego. Redefine lo que es posible y lo que es imposible. La vida siempre tiene un plan y no suele ser el que piensas. El mundo se ha vuelto imprevisible. Si quieres certezas sobre el futuro, lo más probable es que termines en el psiquiatra. No se deja cazar. Nadie te garantiza el mañana. Caminante no hay camino, se hace camino al andar, decía Machado. Por eso el hoy, es el único tiempo que tienes para vivir. No pongas tus apuestas en el futuro y actúa ahora. Tu futuro dependerá de lo que hagas hoy y de los hábitos que adoptes. No sigas viviendo anestesiado. Hazte pocas preguntas, las necesarias. La vida te irá ofreciendo respuestas. ¿Cómo entenderlas? Soledad y silencio: Tu voz (conciencia) te invitará a caminar por el camino correcto. «La gente paga por lo que ha hecho y por aquello en lo que se ha convertido. Y lo paga de manera simple: con la vida que lleva.» Edith Wharton.

Un consejo rápido y gratis: Viaja al futuro, al momento de tu muerte, en ese momento todo es irreversible, y pregúntate, ¿De qué me arrepiento? Una vez hecho el ejercicio, vuelve al presente y haz tu tarea pendiente. No te reproches nada al final. Despierta y redescubre que existe vida antes de la muerte.

“Salid y disfrutad” decía Johan Cruyff, ex jugador y entrenador del Barcelona, antes de que su equipo salga al campo. Encontrar ilusiones en un contexto desafiante como el que vivimos, es otra forma de amar la vida, de seguir adelante. Un día a la vez. Cambiemos el modo “catástrofe” en el que vivimos por el modo “ilusión” y a ponerlo de moda, porque así se vive mejor. Sin ilusión, la vida se vuelve una obligación. Tener o no un final feliz depende de dónde decidas detener la historia.  “No puedes volver atrás y cambiar el principio, pero puedes comenzar donde estás y cambiar el final.” C.S. Lewis

A veces perdemos ¿y???

2022, un año en el que navegamos en un mundo con guerra, con pandemia (que aun no se quiere terminar de ir), y con un gobierno como el que tenemos. La vida no es lo que solía ser. ¿Consecuencia de ello? Muchos hemos perdido familia, dinero, amigos, trabajo, y hasta la actitud, porque vivimos en modo “lamento”. Y este país te da muchas razones para ello.

Luis Huete, un gran amigo y profesor del IESE, me comentó que en USA, un jugador de beisbol debe batear únicamente el 30% de las bolas que le lanzan. Con eso es suficiente para seguir jugando en primera. No importa que falle el 70%. ¿Y nosotros? ¿Cómo va nuestro ratio de fracasos y aciertos? Es posible que sean similares al del jugador. Aun así, podemos seguir imaginando una vida buena.

En este mundo no hay ganadores. Hay gente que trabaja, que se esfuerza, a la que como a todos, unas cosas les salen bien y otras no tan bien. A veces el “winner” no cuenta completa la historia, y olvida decir por ejemplo que antes de que le salga ese super negocio, fracasó en muchos otros.

El fracaso es la otra cara del éxito. No se pueden encontrar rosas que no vengan con espinas. No entendemos el concepto de ganar y perder en la vida. Y es que sale muchas veces derrotado el “aparente” vencedor. Buscamos la felicidad y nos sale al encuentro la tristeza. Así, la victoria y la derrota se cruzan con facilidad. Así es la vida, no se entiende la luz sin la oscuridad, el éxito sin el fracaso, dos caras de una misma moneda. “A veces nuestra suerte sería tener mala suerte. Ciertos triunfos son engaños, ciertas derrotas preparan lejanas victorias,” decía Paul Guth.

Se trata de diferenciar cuando perdemos y cuando fracasamos. Los niños yerran no fracasan, por eso aprenden. Los adultos mantenemos una muy mala relación con el error y por eso estamos como estamos.

¿Cuántos profesionales exitosos son consecuencia feliz de errores correctamente leídos e interpretados? ¿Cuántos hay también que necios y orgullosos, no interpretaron bien los errores y la mente los traicionó? Los pensamientos siempre tienen consecuencias y si continuamente pensamos en problemas y tristezas, nuestra actitud será una consecuencia de ello. Por eso, que importante aprender a pensar lo que pensamos.

Quien deja todo lo que lleva dentro en la cancha, quien pierde el partido con el depósito de gasolina vacío, puede perder, pero no fracasar. Si actuamos de forma tal que siempre vamos “all in”, siempre ganaremos, porque ése es el único partido que depende de nosotros, el único que nos vale para la eternidad. Los resultados lamentablemente dependen en buena parte del esfuerzo, pero también de muchas variables externas y que no podemos manejar. En la vida, triunfan los que han aprendido a luchar por dar lo mejor de si mismos, a ser felices superando sufrimientos y aprendiendo de los fracasos.

No se si por suerte o por desgracia, pero he perdido y me he rendido muchas veces, y no se acabó el mundo. Si en la caída, el desánimo prende y arraiga, allí sí fracasaremos. Si aprendemos del mismo y enmendamos el camino, la cosa cambia.

2022, año complejo, retador, en el que para salir adelante tendremos que innovar, hacer más con menos. El éxito verdadero cuesta, y mucho. Viene disfrazado en muchos casos de lucha, esfuerzo, y sufrimiento. Bien dicen que no se sale adelante celebrando éxitos sino superando fracasos. La realidad y el pasado confirman que todo lo que vale cuesta, lo que fácil llega, fácil se va. A los que buscan las cosas fáciles, o que se creen con suerte para conseguirlas sin esfuerzo, la vida les pasará la factura, tarde o temprano.

¿Cómo vas de felicidad?

Trabajamos muchas horas a la semana, gastando inclusive mucho de nuestro tiempo libre, para ganar más dinero, porque pensamos que el dinero nos hará felices en el largo plazo. Lo curioso es que la gente más feliz hace lo contrario, usa su dinero para comprar tiempo. Saben que cuando compran algo no lo compran con dinero sino con el tiempo de vida que les costó conseguir ese dinero. Tiempo que pudieron estar con los que más quieren. Es imposible ser felices solos. Si quieres un año de prosperidad, cultiva arroz. Si quieres 10 años de prosperidad, cultiva árboles. Si quieres 100 años de prosperidad, cultiva personas, dice un proverbio chino.

¿Has pensado cuanta vida te está costando tu sueldo? ¿O cuanto tiempo pierdes imaginando la vida de otros?

La sociedad de hoy, a través del “oye mira, mi vida es más divertida que la tuya”, ha cultivado en las redes sociales (esos dispensadores gratuitos de emociones) una generación entera de gente que cree que es más importante hacer creer a los demás que es feliz que tratar de serlo, más importante aparentar o dar a conocer lo mucho que tenemos. Porsiacaso, yo uso todas las redes, no estoy en contra de ellas sino de como las gestionamos.

Más no siempre es mejor. De hecho, somos más felices con menos. Los más felices no son los que más tienen, sino los que ya son felices con lo que tienen. Tener lo que quieres puede darte más placer pero no te hace más feliz. Cuando nos sobrecargan con opciones, sufrimos lo que los psicólogos llaman la paradoja de la elección. Mientras más opciones nos den, menos satisfechos nos sentiremos con lo que escojamos, porque estamos conscientes de todas las otras alternativas de las que nos estamos privando.

Sufrimos más porque no sabemos bien que es la felicidad o peor aun, confundimos que es lo que la genera. La vida no es solamente estar feliz, no es solo sensaciones. Nadie puede evadir la pandemia, la muerte o el envejecimiento. La felicidad se basa en dos columnas, la primera es el sentido de propósito: acostarnos cada noche con la conciencia tranquila de saber que estamos haciendo lo que tenemos que hacer. La segunda es la interpretación que le damos a la realidad y la calidad de momentos que vivimos.

¿Y tu? ¿Cómo vas de felicidad? ¿Le dedicas la calidad y cantidad de tiempo a lo que te hace más feliz?

p.d. La foto de este artículo es porque a la mitad de escribirlo vino mi hijo a escuchar música a mi costado. Tal como yo lo hacía con mi padre en el mismo sitio hace 35 años. Fue una mezcla de felicidad y melancolía (la dicha de estar tristes) que recordé con mucha alegría y fue mi momento preferido del día. Hay que estar en la foto de la familia, siempre! Al final, una imagen sincera vale más que un artículo

A 2 años del COVID: ¿Hemos aprendido algo?

Un día como hoy hace dos años nos mandaron a cuarentena. La vida nos cambió el libreto drásticamente y se rió de nuestros planes. Nos mostró que somos vulnerables, que solos nunca llegaremos a nada. Mis refugios frente al COVID fueron mi familia, la música, los libros, el mar, el trabajo, el deporte, la soledad y Dios. Recuerdo los días vividos y como se entrecruzaron con facilidad la esperanza y la perdida, el dolor y la alegría, el desconsuelo y la paz, la calma y la intranquilidad: dos caras de una misma moneda llamada vida. Son justamente esas situaciones vividas al límite las que nos desafiaron a sacar a relucir nuestra mejor versión.

Si de algo nos contagiamos todos, fue de miedo, que en su lado más amable nos mostró una cuota de prudencia pero en el anverso bloqueó nuestras iniciativas y nos hizo ver las cosas peor de lo que eran. Algunos fueron capaces de neutralizarlo con una cuota de coraje.

Tuvimos también situaciones de altísimo estrés. Leí que más del 80% de adultos en el mundo habían o están pasando por síntomas de depresión y ansiedad nunca antes vividos. ¿Y curiosamente qué tiempos eligen ambas para malograrnos la existencia? El pasado y el futuro.

Algunos vivimos instalados en el pasado, en el recuerdo, lamentándonos y cuestionando el porqué, sin darnos cuenta que solo sirve de estímulo para que aparezcan la depresión, la culpa y el resentimiento. Solo aprovechamos el pasado cuando lo convertimos en una fuente de aprendizaje. Hacia adelante se vive, hacia atrás se entiende.

Otros, nos obsesionamos con el futuro, allí donde habita la ansiedad. Buscamos seguridad y encontramos ambiguedad. Nuestro futuro tiene que ver con lo que no sabemos. Incertidumbre en su máxima expresión que debemos aprender cuanto antes a digerir y gestionar. Ya nada es previsible. Hace dos meses, postergué un viaje con 80 directivos (y sus familias) del PAD al IESE, fina cortesía del Omicrón. Aunque por algo pasan las cosas, hoy somos 90.

¿Dónde encontramos la paz? En el presente. La única forma de asomarnos al futuro es teniendo la atención en el hoy. Viajando al pasado para aprender de sus enseñanzas y al futuro para predecir y anticipar posibles escenarios, pero luego volviendo al hoy, aquí y ahora. No hay mejor base para soñar el futuro que el presente. Como dijo Séneca: “Para ser felices se necesita eliminar dos cosas: el recuerdo de un mal pasado y el temor de un mal futuro”.

Y la pregunta del millón, ¿Hemos aprendido algo? Si! Que es una magnifíca oportunidad para crecer por dentro. Que todo pasa, porque acá en la tierra, nada es para siempre. Que las cosas sólo van y vienen incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy, alegre mañana. Genéticamente soy optimista pero además cada día elijo serlo, sin que ello implique que esté divorciado de la realidad. Y es que el optimismo no es esconder la realidad sino enfrentarse a ella con esperanza e ilusión.

Tal Ben Shahar, ex Profesor de Harvard, decía que el 90% de las cosas que te preocupan, no pasan. A mis amigos que estos dos años han sufrido mucho, ojalá vean pronto el amanecer tras esta larga noche. Hay personas inolvidables, y no hay cura para eso, lo sé. Pero hay que seguir adelante, ahogar la tristeza en esperanza, por ustedes mismos y por sus familias.

¿Y ahora qué? A seguir caminando. Hacer lo que nos toca hacer, pero bien hecho, sin excusas y con confianza. Solo allí, ya podremos decirle a Dios, hazte cargo. Las cosas fluirán hacia donde tengan que fluir, son las reglas de la vida, y no podemos ir contra corriente, sino más bien abandonarnos al curso natural y re aprender a vivir en este “new normal” y no tratar de que la vida se adecúe al nuestro. Hay. Siempre hay opciones de una vida mejor. Vamos por ellas!

Reflexiones post Covid

De niño, no le tenía miedo a casi nada. Con los años cambié. Recuerdo hace uno año, la última conversación con mi padre que falleció de Covid, fue la más dura, tuve mucho miedo. Lo llamé ya que no podía verlo porque yo terminaba de salir de la enfermedad. Sabía que era la última porque entraría a UCI en unas horas. Tuve que tragarme el miedo y decirle que ahora hablaríamos mucho más, pero en otro formato, mirando al cielo. De esa conversación nació una profunda reflexión personal que comparto ahora.

Al llamarlo, escuché (y sentí) a una persona que sabía bien el desenlace, era médico, pero lejos de tener miedo, tenía esperanza y paz, patrimonio exclusivo de los que saben que han hecho a la perfección su deber. Amar, ayudar, pensar, decidir, luchar, reír, abrazar, perdonar, escuchar, creer, hacer, fueron sus mejores compañeros de camino.

Me puse en su lugar y pensé si yo tendría la misma paz. Pero no, tendría aun muchas tareas pendientes. ¿Le dediqué la calidad y cantidad de tiempo a lo que me hacía más feliz? ¿Sopesé bien las decisiones más importantes de mi vida? ¿Tenía algún mecanismo interno para darme cuenta lo que hacía mal y un plan concreto para mejorarlo? ¿Luché más por conseguir el país que quería? ¿Fui capaz de dar todo lo que estoy llamado a dar?

Salvo algún irresponsable que sólo piensa después de haber actuado, los demás lamentamos aquello que no hemos hecho. No esperes llegar al precipicio para arrepentirte de las cosas que pudiste cambiar: “Si hubiese cambiado de carrera a tiempo, si hubiese dejado ese trabajo antes, si hubiese callado en aquella discusión, si hubiese amado de verdad, si hubiese ido contracorriente y hubiese defendido mis valores… La cantidad de lamentos puede ser tan grande y tan fuerte que arrase con todo. No importa, es un buen momento para darte cuenta que siempre estamos a tiempo de cambiar, sino, se te irá la vida deseando otra. El cambio siempre genera ilusión, sin ésta, la vida se convierte en una terrible obligación.

2022… Y LA VIDA SIGUE

Beautiful World… ¿Dónde te has metido? Sin duda este será un año difícil para los optimistas. Nos hemos dejado obsesionar por la idea de que la vida debe ser fácil, cómoda y llena de sensaciones, pues de otra manera no es vida. Estos últimos 2 años han sido como un reseteo para la humanidad. Muy pocos pueden decir que no sufrieron. Lo bueno es que nadie regresa del dolor y permanece siendo el mismo. Es por ello que me animo a compartir 3 aprendizajes por si de algo sirven para comenzar el año:

  1. Aceptar la realidad

Aprendí que no se puede vivir peleado con la realidad. Cuando hice las paces con ella y dejé de pedirle explicaciones al pasado, mi vida cambió. No puedo alterar sus reglas. “Cuando miras al abismo, el abismo te mira a ti.”, decía Nietzche. Y es que la vida como la llames te contesta. Si en la conversación contigo mismo, la agenda diaria va de reproche, ansiedad, miedo o resentimiento, pues terminarás viviendo así. Vivimos como pensamos. Si no encuentras posibilidades, nunca podrás solucionar problemas.

Ayuda mucho el aceptar lo que ocurre e interpretar la realidad en clave positiva. Para los que tenemos fe, eso es la esperanza, intentar ver la mano de Dios en todo y saber que todo es para bien, así no lo entendamos.

  • Aprender a perder, (y perder para aprender)

Las dificultades y los desafíos son la forma que tiene la vida de enseñarnos el camino. Y la meta es el camino. Es imposible ganar todas las batallas. Hay que saber en cuales enfocarse y aprender de las que perdimos.

“Las personas más bellas que he conocido son aquellas que se han enfrentado a la derrota y el sufrimiento, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Tienen una apreciación, una sensibilidad y comprensión de la vida que las llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.” Elisabeth Kubler.

He visto amigos vivir con la mitad de sueldo, sobreponerse a duelos durísimos, levantarse luego de un Covid en UCI prolongado. Todos llegaron por el dolor a la alegría. Es como si hubiesen descubierto el tesoro de volver ser felices, a través de haber pasado por la tristeza o la tragedia. Y es que una vida feliz no consiste en la ausencia sino en el dominio de las dificultades. Es imposible no caerse, pero allí aparece el esfuerzo para levantarse rápido. Solo pierdes cuando no das todo lo que llevas dentro.

Mi coach, Santiago Alvarez de Mon dijo hace un mes en el WOBI Madrid: «Los grandes campeones que he conocido, como Pau Gasol o Rafa Nadal, ganan muchas veces porque tienen muy presente la posibilidad de perder. Saberse vulnerables es un síntoma inequívoco de fortaleza y humildad. Se rinden en la ducha, cuando terminó el partido, no antes.”

  • Generar nuevas ilusiones

Una vida sin ilusiones es estéril. Leí hace un mes en primera plana que el COVID ha generado que el 39% de universitarios, haya sufrido ansiedad o depresión severa. Como no vivir estresados cuando todos los días nos bombardean con noticias del Omicron y la política. Luis Huete, profesor del IESE, me decía que hay tres pesamientos tóxicos que generan estrés. (Ojo, pienso que el estrés es bueno, pero en exceso estupidiza, y nubla el razonamiento):

  1. Pérdida: Me están quitando algo
  2. Desprecio: No me reconocen
  3. Nunca: No hay esperanza

Es importante reconocerlos para neutralizarlos. Lo importante no es que te visiten y se alojen contigo, sino que no te dejes esclavizar por ellos, y actuar a pesar de los mismos, eso es el coraje.

Lo que se ha caído, se puede volver a levantar. Hay que neutralizar la tristeza con la ilusión. Vivir con ilusiones es lo que nos mantiene vivos. Detrás de cada línea de llegada, hay otra de partida. Todo lo que sucede es siempre un comienzo, y comenzar, en sí, es siempre una ilusión. Quizá hoy es el momento perfecto para empezar, un nuevo negocio, un cambio en tu trayectoria, o retomar las riendas de tu matrimonio. Luego comprobarás, que valió cada minuto que invertiste. «Espero que vivas una vida de la que estes orgulloso. Si descubres que no es así, espero que tengas la fuerza para empezar de nuevo». Scott Fitzgerald

Ganar, perder, no es el objetivo, es la consecuencia. El objetivo es alcanzar tu mejor versión, durante el mayor tiempo posible, y luego, contagiarla a los demás.

El destino se crea en cada instante, depende de lo que hagamos hoy. Pero no somos esclavos del mismo. Somos hijos de nuestros pensamientos, hábitos y acciones, porque siempre tenemos un poder de decisión sobre ellos.

Dicen que el miedo no evita la muerte, el miedo evita la vida. Está siempre dispuesto a hacernos ver las cosas peores de lo que son. Hay gente que decide vivir en tinieblas. Son aquellos que se enfocan en lo que no tienen, en lo que no está a su alcance, en lo irrelevante, en los “éxitos” del vecino, en lo que les molesta. No se dan cuenta de que lo que les altera los controla.  Hay otros que con lo poco que tienen, hacen mucho,  y luchan por sacar adelante sus familias y sus trabajos.  Este artículo va para ellos, para los que deciden brillar e iluminar, porque la vida sigue!